Antonio Hernández Robles

Quiero agradeceros tanto a los seguidores como a los visitantes el que encontréis este Blog, como una forma de disfrutar del trabajo de campo que lleva a cabo este humilde fotógrafo y naturalista, con ello pretendo mostrar la Vida Salvaje y la Naturaleza que nos rodea, para así aprender a conocerla y a quererla, siendo este medio una manera de acercarnos a ella desde el punto de vista del naturalista, fotógrafo y amante del mundo animal.

Espero que disfrutéis y agradezco mucho la visita y los comentarios que algunos dedicáis a este trabajo.

Gracias.

lunes, 29 de junio de 2015

REVISTA: EL FOTÓGRAFO NOCTURNO

En el siguiente enlace podéis descargaros gratuitamente el nº. 1 de la revista EL FOTÓGRAFO NOCTURNO, donde colaboro con un artículo sobre fotografía de fauna nocturna. En el explico un poco mi forma de trabajar, dando algunos consejillos para el que quiera iniciarse en esta apasionante modalidad fotográfica, todo acompañado de bonitas imágenes.
También se tratan otros muchos temas, escritos por algunos de los más ilustres fotógrafos de nuestro país,  (no nombraré a nadie para no discriminar a ninguno), todos relacionados con la fotografía nocturna  en sus diferentes modalidades.
La calidad de la revista es soberbia y las fotografías que acompañan los textos del más alto nivel. Una obra imprescindible para el que desee practicar y aprender a sacar lo mejor de su cámara y de sí mismo durante la noche.
 REVISTA EL FOTOGRAFO NOCTURNO 



viernes, 19 de junio de 2015

UN FIN DE SEMANA CON PHOTOLOGISTICS – EL UROGALLO



Finalizada la sesión con el pito negro y sin mucho tiempo para descansar, comida en casa de Carles Santana, un rato de charla, risas y de nuevo en marcha.
A las cinco de la tarde partimos Eugenio y yo hacia lo que sería el objetivo principal de nuestro viaje; el urogallo.
Nos espera algo más de una hora de viaje en todo terreno por un tortuoso  camino de montaña. Después una pequeña caminata por una senda, para terminar con una corta pero empinada subida que sumada al peso del material necesario, (mochila con dos cuerpos de cámara, dos objetivos “gordos”, dos trípodes, saco de dormir, almohada, manta, agua, cena, desayuno, banqueta y botella para evacuar), hace que parezca que el corazón se te va a salir por la boca.
De los dos hides disponibles, me toca el de abajo, preparo el material, algo de cenar y me dispongo a pasar la que sin duda será una interesante noche.
El modus operandi para fotografiar al urogallo es de lo más emocionante que te puedas imaginar.
Cuando están a punto de desaparecer las últimas luces, se escucha el potente aleteo de los urogallos caer sobre los árboles que rodean el cantadero, ellos también pasaran allí la noche emitiendo su típico “tac tac tac”, con el fin de que alguna hembra se acerque al cantadero. Un sonido tan suave y discreto que si no estás muy atento apenas lo oyes a pesar de tener las aves muy cerca.
Cae la noche profunda entre los susurrantes cantos de los urogallos, mientras el sueño me vence, deseando que llegue el amanecer.
A las cinco y media ya estoy preparado para la acción. Un ligero desayuno y a esperar que claree el día.
Con las primeras luces se dejan caer dos urogallos al suelo con un potentísimo aleteo, uno a cada lado del hide pero bastante lejos. Poco a poco se van acercando y voy sacando las primeras fotos, siendo la luz muy crítica todavía, cuando deciden subir ladera arriba y colocarse cerca del hide de mi compañero Eugenio.
Allí entablan un combate, primero simbólico con pavoneos y cantos, para pasar después al combate real, con aletazos mutuos y zarpazos que hacen retumbar la tranquilidad del bosque.
A pesar de estar fuera de mi ángulo y no poder documentar un espectáculo de tal magnitud, sin duda la experiencia es impactante e inolvidable, algo que pocas personas han podido presenciar en plena Naturaleza, por lo que me siento un privilegiado por haber tenido a pocos metros de mi, un ave tan mítica y espectacular, como escasa y bella.
Pero igual que comenzó, en cuestión de unos minutos, todo acaba, se separan, callan y desaparecen en el bosque cerrado, dejándonos con ganas de más, hasta la noche siguiente que regresen a dormir a su árbol favorito y a la mañana vuelvan a brindar otro espectáculo natural, pero entonces ya, no estaré yo.
Es de destacar el gran trabajo y profesionalidad de Carles Santana, Roger Sanmartí y PHOTOLOGISTICS, gracias a su buen hacer podemos disfrutar de uno de los espectáculos más auténticos y salvajes de la fauna más recóndita del bosque pre-pirenaico. 


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Comodamente instalado en el interior del hide preparado para pasar la noche







Instantes antes de lo que sería un duro combate cuerpo a cuerpo








lunes, 1 de junio de 2015

UN FIN DE SEMANA CON PHOTOLOGISTICS – EL PITO NEGRO



PINCHA EN LAS FOTOS PARA VERLA A MAYOR TAMAÑO
De nuevo hacemos las maletas y ponemos a punto nuestro equipo fotográfico, para el que será nuestro segundo viaje al pre-pirineo leridano, concretamente a la comarca del solsonés donde, gracias a Photologistics, tenemos intención de traernos un buen puñado de fotos, algunas de especies tan amenazadas como emblemáticas del norte de España.
Salimos desde Murcia un jueves a las nueve de la noche Eugenio Martínez, Juanjo Cárave y yo, rumbo a nuestro destino. Nos esperan más de 700 kilómetros conduciendo toda la noche para llegar a primera hora del viernes y comenzar así nuestro particular maratón fotográfico.
A las cinco de la mañana llegamos a Solsona y sin tiempo para relajarse a las 5.30 quedamos con Carles Santana, que nos llevará directamente a los diferentes hides según las preferencias de cada uno.
En mi caso se trata del picamaderos o pito negro, un ave que tenía muchas ganas de observar y sobre todo de fotografiar, tanto por ser casi una “rareza” dentro de los pájaros carpinteros de la península,  como por lo que representa en el buen estado de conservación de los bosque maduros de hayas, abetos y pino silvestre o negro de las montañas pirenaicas y cantábricas.

El picamaderos negro es con diferencia el mayor pájaro carpintero de Europa, al verlo en vuelo me recordaba a una chova piquiroja, tanto por su tamaño como por el color totalmente negro de su plumaje, a excepción del capirote rojo que adorna la cabeza de los machos y que en la hembra queda reducido a una pequeña mancha roja a modo de solideo papal.





En esta imagen se puede ver como el macho todavía lleva adheridas a su cuello algunas hormigas, una clara muestra de que nuestro amigo viene de asaltar algún hormiguero, una de sus principales comidas junto con escarabajos devoradores de madera tanto en su fase larvaria como adulta, que extrae abriendo con su fuerte pico las galerías que los protegen e introduciendo en ellas su larga y viscosa lengua. Por lo tanto se trata de un ave extremadamente beneficiosa por su gran labor sanitaria forestal al eliminar ingentes cantidades de insectos xilófagos y sus larvas.



La población estimada en España se cifra entre 1000 y 1500 parejas, de las que 730-1100 parejas corresponden al núcleo pirenaico, esto supone un considerable aumento respecto a estimaciones anteriores, aunque parte de este aumento puede ser debido a una mejor cobertura en el censo, este refleja una ampliación de su distribución sobre todo en los pirineos.

En cambio la especie desapareció del Sistema Central a mediados del siglo XX.