Antonio Hernández Robles

Quiero agradeceros tanto a los seguidores como a los visitantes el que encontréis este Blog, como una forma de disfrutar del trabajo de campo que lleva a cabo este humilde fotógrafo y naturalista, con ello pretendo mostrar la Vida Salvaje y la Naturaleza que nos rodea, para así aprender a conocerla y a quererla, siendo este medio una manera de acercarnos a ella desde el punto de vista del naturalista, fotógrafo y amante del mundo animal.

Espero que disfrutéis y agradezco mucho la visita y los comentarios que algunos dedicáis a este trabajo.

Gracias.

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lunes, 23 de julio de 2018

EL BUITRE SABIO

   
   Los que ya vamos teniendo una edad, recordamos con cariño aquel episodio del el Hombre y la Tierra en el que nuestro querido Félix Rodríguez de la Fuente hizo aquel experimento con Gaspar, un alimoche extraído de un nido y criado en cautividad, no teniendo por ello la oportunidad de migrar a África evitando así que tuviera contacto con sus congéneres africanos, aprendiendo así las técnicas utilizadas por estos, desde hace milenios de utilizar piedras como herramientas para romper los huevos de avestruz. Demostrando con ello, que se trataba de un comportamiento de origen genético, no aprendido, trasmitido de padres a hijos durante generaciones. Cierto es que en algún momento de la evolución de la especie, hace posiblemente miles de años los primeros alimoches transmitirían este aprendizaje a sus descendientes hasta el punto de convertirse en algo congénito, demostrando con esto que los alimoches tienen memoria genética.
   De aquel capitulo que tanto nos fascinó, siempre me venía a la cabeza si algún día tendría la oportunidad de observar en vivo en plan naturaleza, como un alimoche rompía un huevo de avestruz para alimentarse de su contenido.
   Pues bien, 40 años después se nos presentó la ocasión de revivir en directo esas espectaculares escenas.
   Gracias a la colaboración del hide La Cañada de Monfragüe y a los amigos Lola López y Sito Mur, viajamos hasta Extremadura con tres huevos de avestruz, (huevos reales, que hoy día no resulta complicado adquirir en cualquier granja dedicada a la cría de avestruces).
   En los días previos, siempre te asaltan dudas..., ¿vendrán?, ¿prestaran atención los alimoches a los huevos de avestruz?
   Para ello había que facilitarles las cosas. Ponerlos en un lugar visible, que llamara la atención de estos rápidamente, también colocarlos en un lugar estable para evitar que rodaran ladera abajo. Alrededor de los huevos dispuse unas cuantas piedras de distintos tamaños y formas, para que ellos dispusieran las más adecuadas para la tarea.

¿El resto de la historia?, aquí lo tenéis en imágenes.

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Como se puede observar en esta toma, la técnica no consiste en dejar caer la piedra, si no que la impulsa con fuerza con la parte superior del pico.


¡¡IMPACTO!!

   Como casi siempre, los primeros en llegar, los milanos y los cuervos, seguidos por los buitres y después los alimoches. Tuvimos cinco alimoches en el lugar de diferentes edades, por supuesto todos habían viajado a África… pero no se trataba de eso.

Teníamos miedo que los buitres dieran al traste con la operación, de hecho hicieron rodar algún huevo. Demostraron mucha curiosidad, saben que lo que se halla en su interior es comestible, pero como acceder a el, es cosa de los alimoches.

Otro tanto ocurria con los milanos negros.

Este alimoche trata de utilizar una piedra demasiado pequeña
En este caso la piedra es tan grande que apenas puede levantarla del suelo.

Este joven, tantea el huevo, sabe de que va la cosa, pero no llegó ni siquiera a coger una piedra para tratar de romperlo.
Algunas veces tantean el huevo con una de sus patas antes de lanzarle la piedra, parece como si trataran de calcular distancias.









Nuevamente podemos observar en esta toma el impulso que aplican a la piedra con la parte superior del pico.

Una vez abierto un pequeño agujero, utiliza su pico para agrandarlo. 

¡¡Por fin.....a comer!!





¡¡OTRO CERTERO IMPACTO!!





Una vez abierto el huevo, los alimoches comparten sin ningún problema...hay para todos.
Cuando los alimoches se sacian, los milanos también se aprovechan del trabajo de otros.

Conclusiones:
   Como ya demostró Félix en su día, quedo claro que esta técnica la llevan implícita en sus genes y todos, con mayor o menor acierto, mostraron esa conducta.
Pero si pude sacar algunas conclusiones que me llamaron mucho la atención:
        A pesar de que todos nacen con ese instinto, no todos demostraron la misma destreza a la hora de llevarla a cabo. Entiendo que deben perfeccionarla mediante la práctica, y supongo que también observando a sus compañeros o progenitores más expertos que ellos. Esta falta de destreza consistía entre otras, en no elegir la piedra adecuada, o bien, esta era demasiado pequeña para romper el huevo, o demasiado pesada para levantarla con el pico.
         Falta de puntería a la hora de impactar con ella en el huevo. Puesto que no consiste en dejarla caer, sino que deben impulsarla con fuerza con la parte superior del pico, para que sea capaz de romper la dura cascara de un huevo de avestruz. Alguno de los alimoches lanzaba piedras incluso teniendo el huevo a más de medio metro de su posición.
Por otra parte, al menos dos alimoches me sorprendieron por su extrema habilidad:
  Al llegar a las proximidades del huevo en cuestión, escogen la piedra idónea a la primera, sin titubeos en cuanto a la que mejor cumplirá su objetivo.
        Estos alimoches expertos, lanzan la piedra con fuerza contra el huevo con una enorme precisión, prácticamente no fallaban en ninguno de sus lanzamientos.
       Y lo que no me esperaba y me sorprendió sobremanera, es que no necesitaban más de dos o como mucho tres impactos para abrir un agujero en la cascara, por donde introducen el pico y van arrancando más trozos de esta, hasta que el agujero es lo suficientemente amplio para introducir el pico completamente y extraer su contenido.
 






¡¡PREMIO!!
















   Esta rapaz de mediano tamaño que antaño habitaba todos los rincones de la geografía española y que en las últimas décadas ha sufrido uno de los retrocesos más alarmantes, colocándole en una peligrosa situación y todo porque debido a su particular forma de alimentarse, es especialmente sensible a la colocación de venenos, que aún se siguen sembrando en nuestros campos por parte de verdaderos criminales, así como las incomprensibles políticas europeas de no permitir abandonar los cadáveres en el campo, como se hizo toda la vida, para que nuestras carroñeras cumplan la función para que se especializaron desde lo más remoto de los tiempos.

domingo, 28 de diciembre de 2014

BUITRES


Previa a la llegada del quebrantahuesos en el hide de Photologistics en Solsona, en la comarca del pre-pirineo leridano, es condición indispensable el paso de los buitres por el lugar. Ellos se encargan de limpiar los cadáveres de piel y carne dejando al descubierto los huesos que serán aprovechados por el quebrantahuesos.

Estas son unas cuantas imágenes de ese paso de los buitres leonados por la zona.

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martes, 2 de septiembre de 2014

EL BUITRE LEONADO - Los grandes carroñeros de Monfragüe IV


    El sueño de cualquier fotógrafo de fauna, es poder fotografiar lo que solemos llamar “carroñada”, uno de los mayores espectáculos que se dan en la Naturaleza.

Si esto lo hacemos en el parque Nacional de Monfragüe, uno de los paraísos de las grandes rapaces de la península ibérica, el espectáculo puede alcanzar dimensiones épicas, cuando se concentran delante de nuestra cámara milanos negros, milanos reales, alimoches, buitres negros y buitres leonados, cuervos, rabilargos y otros pequeños comensales que se añaden a la fiesta. 
    Para finalizar esta serie, le toca al más abundante de nuestros buitres, el buitre leonado (Gyps fulvus).
    Unos sesenta individuos, hicieron acto de presencia en La Cañada. Lo que hasta ese momento era un mar de tranquilidad, pronto se convirtió en un espectáculo donde las luchas por abrirse paso hasta la carroña, los graznidos y las plumas al viento, nos hicieron muy difícil dirigir nuestros objetivos hacia un punto concreto y concentrarnos en una acción determinada, a veces incluso apartábamos nuestros ojos del ocular de la cámara para deleitarnos con este grandioso espectáculo de la Naturaleza, olvidándonos hasta de hacer fotografías.
    Aquí os muestro un pequeño resumen de las fotografías que realicé a mis siempre queridos buitres leonados, a los que siendo más joven dediqué muchas horas de mi vida, para que en el día de hoy disfrutemos de la silueta de sus inmensas alas, surcando los cielos murcianos.

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A su llegada ninguno se decide a ser el primero, intentando establecer su jerarquía
con esta postura típica con las alas abiertas, para aparentar ser mas grandes.





Una vez que el primero empieza a comer, los demás le siguen de manera implacable.

Una vez saciados, algunos toman baños de sol abriendo las alas para
ofrecer mayor superficie expuesta a los rayos solares.



La expresiva mirada de este buitre lo dice todo, se peleará
con quien haga falta para obtener su ración de carne.





Mucho más numerosos que los buitres negros y seguramente por su carácter gregario,
se muestran mucho mas agresivos que estos, y a pesar de su menor tamaño
imponen su autoridad, desplazando a los negros hacia la zona más exterior del grupo.





En pocos minutos la carroña queda reducida a un despojo de piel y huesos

Terminado el festín se preparan para su marcha