El sueño de cualquier fotógrafo de fauna, es poder fotografiar lo que solemos llamar “carroñada”, uno de los mayores espectáculos que se dan en la Naturaleza.
Si encima esto lo hacemos en el parque Nacional de Monfragüe, uno de los paraísos de las grandes rapaces de la península ibérica, el espectáculo puede alcanzar dimensiones épicas, cuando se concentran delante de nuestra cámara milanos negros, milanos reales, alimoches, buitres negros y buitres leonados, cuervos, rabilargos y otros pequeños comensales que se añaden a la fiesta.
Los grandes buitres son los que más se hicieron de rogar, después de más de siete horas de hide, por fin se deciden a bajar. Primero se posaron en los árboles cercanos, a los pocos minutos un buitre negro se decidió a tomar tierra y cuando lo hace el primero, los demás le siguen sin pensárselo, concentrándose en pocos minutos buitres negros y leonados en un espectáculo indescriptible de graznidos, vuelos, plumas al viento y luchas por alcanzar un bocado de carne.