Antonio Hernández Robles

Quiero agradeceros tanto a los seguidores como a los visitantes el que encontréis este Blog, como una forma de disfrutar del trabajo de campo que lleva a cabo este humilde fotógrafo y naturalista, con ello pretendo mostrar la Vida Salvaje y la Naturaleza que nos rodea, para así aprender a conocerla y a quererla, siendo este medio una manera de acercarnos a ella desde el punto de vista del naturalista, fotógrafo y amante del mundo animal.

Espero que disfrutéis y agradezco mucho la visita y los comentarios que algunos dedicáis a este trabajo.

Gracias.

martes, 17 de octubre de 2017

RATONERO COMÚN O BUSARDO RATONERO (Buteo buteo)

      Probablemente, la clave del éxito de una de las rapaces más abundantes de Europa sea la absoluta falta de especialización en cualquiera de las facetas de su biología. En efecto, el busardo ratonero es un ave acomodaticia, que puede reproducirse satisfactoriamente en infinidad de hábitats y de climas, que preda sobre un espectro amplísimo de la fauna local y que manifiesta una notable tolerancia hacia el hombre y las modificaciones que este impone en el medio.


    Es una rapaz de mediano tamaño, complexión robusta y coloración muy variable, que posee un aspecto bastante rechoncho cuando se la observa posada. En vuelo exhibe unas alas relativamente cortas y muy anchas y una cola no demasiado larga, que frecuentemente despliega en abanico, gracias a lo cual el ave puede practicar durante largo rato un vuelo sostenido que alterna con cernidos ocasionales. 
    En vuelo emite con frecuencia un grito característico parecido a un maullido: piiiii aaaa.


    Es una rapaz común y bastante extendida por nuestro territorio, donde ocupa casi toda la Península y Canarias, aunque está ausente de Baleares, Ceuta y Melilla. Resulta más frecuente, no obstante, en el cuadrante noroccidental, País Vasco, Navarra, Cataluña, Extremadura y Andalucía occidental, mientras que escasea hacia el Mediterráneo y en el sureste.


    Bastante poco exigente en lo que respecta al hábitat, a la hora de nidificar precisa, sin embargo, de un mínimo grado de cobertura vegetal. Por tanto, se lo puede encontrar en una gran variedad de hábitats forestales o parcialmente arbolados, desde bosques densos de montaña hasta dehesas, aunque gusta sobre todo de los paisajes abiertos, en mosaico, donde se alternen las áreas desarboladas con sotos, bosquetes y prados, desde el nivel del mar hasta los 1.600 metros de altitud. En invierno, las preferencias del busardo se hacen aún menos estrictas y aparece incluso en campos de labor sin apenas vegetación natural.


    En la variada dieta de esta rapaz se incluyen desde lombrices e insectos hasta carroñas diversas, además de micromamíferos — su presa básica en muchas regiones—, aves, reptiles, anfibios y conejos. Son muy acusadas las variaciones estacionales y locales en la alimentación de esta ave, que siempre, dado su carácter ecléctico y oportunista, aprovecha cualquier recurso disponible, lo que sin duda favorece su éxito.
  

    Hace algunos años, esta especie se vio muy afectada por la persecución directa de cazadores, ya que se la consideraba perjudicial para los intereses cinegéticos. Actualmente, siguen siendo muchos los ejemplares abatidos de forma ilegal, y a estos se unen las bajas ocasionadas por los tendidos eléctricos, los atropellos y los venenos, a los que el ave resulta sensible dados sus hábitos parcialmente carroñeros. En Canarias se citan como amenazas la destrucción y modificación del hábitat (talas a matarrasa, vertido de basuras y escombros en acantilados y barrancos próximos a urbanizaciones), las molestias humanas (turistas, prácticas silvícolas, arreglo de pistas forestales durante la incubación), los incendios forestales, la electrocución y colisión con tendidos eléctricos, así como la caza ilegal y el expolio de nidos. El busardo ratonero se incluye en Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial, mientras que la subespecie canaria aparece en el Libro Rojo de las aves de España dentro de la categoría “Casi amenazado”.


   Fotos tomadas en el Hide La Cañada de Monfragüe (Torrejón El Rubio), gracias a Pilar y Jesús, pudimos disfrutar de un fin de semana en pleno contacto con la Naturaleza en sus hides, alojarnos en su casa rural donde con su habitual hospitalidad, amabilidad y buen hacer, nos hicieron sentir como en casa. Un lugar altamente recomendable.

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