"EL GATO MOJAO"

  

   Hay fotografías que tienen más valor por la experiencia vivida, que por la misma fotografía en sí.
  Fotos que nunca ganarán un premio en un concurso de fotografía, pero estas ya constituyen un premio en sí mismas.

   Ésta serie, es  una de ellas entre otras, que guardo en la memoria...y en mi archivo.

   La fotografía en este caso solo es una ventana al recuerdo, al momento, a la vivencia, a la emoción de encontrarte cara a cara con uno de los animales más enigmáticos, bellos, y escasos de nuestra fauna ibérica.

   Fue una tarde lluviosa del mes de marzo, esperando desde el hide la llegada del lince, con la poca esperanza de que el tremendo aguacero que caía, dificultaría que el gran gato se moviese de su escondite, hasta que... cuando la tarde anunciaba su fin, la lluvia cesó por unos instantes, un silencio profundo en el corazón se Sierra Morena parecía presagiar que algo iba a ocurrir, cuando apenas sin luz, como un fantasma, con ese caminar pausado, tranquilo, sabedor de que está en los más alto de la pirámide predatoria, apareció de entre los lentiscos y las jaras este joven macho. Con el pelaje empapado como se puede ver, después de haber soportado el tremendo aguacero, un amigo acertadamente lo ha llamado “el gato mojao”.

   Forzando el ISO de la cámara a tope y disparando a velocidades inauditamente bajas, pude hacerle las fotos que ilustran este reportaje, en los escasos instantes que lo tuve delante, e igual que vino, desapareció entre la espesura.