Probablemente, la clave del éxito de una de las rapaces más abundantes
de Europa sea la absoluta falta de especialización en cualquiera de las
facetas de su biología. En efecto, el busardo ratonero es un ave acomodaticia,
que puede reproducirse satisfactoriamente en infinidad de hábitats y de
climas, que preda sobre un espectro amplísimo de la fauna local y que
manifiesta una notable tolerancia hacia el hombre y las modificaciones que este impone en el medio.
Es una rapaz de mediano tamaño, complexión robusta y coloración muy
variable, que posee un aspecto bastante rechoncho cuando se la observa
posada. En vuelo exhibe unas alas relativamente cortas y muy anchas y
una cola no demasiado larga, que frecuentemente despliega en abanico,
gracias a lo cual el ave puede practicar durante largo rato un vuelo
sostenido que alterna con cernidos ocasionales.
En vuelo emite con frecuencia un grito característico parecido a un maullido: piiiii aaaa.
Es una rapaz común y bastante extendida por nuestro territorio, donde
ocupa casi toda la Península y Canarias, aunque está ausente de
Baleares, Ceuta y Melilla. Resulta más frecuente, no obstante, en el
cuadrante noroccidental, País Vasco, Navarra, Cataluña, Extremadura y
Andalucía occidental, mientras que escasea hacia el Mediterráneo y en el
sureste.
Bastante poco exigente en lo que respecta al hábitat, a la hora de
nidificar precisa, sin embargo, de un mínimo grado de cobertura vegetal.
Por tanto, se lo puede encontrar en una gran variedad de hábitats
forestales o parcialmente arbolados, desde bosques densos de montaña
hasta dehesas, aunque gusta sobre todo de los paisajes abiertos, en
mosaico, donde se alternen las áreas desarboladas con sotos, bosquetes y
prados, desde el nivel del mar hasta los 1.600 metros de altitud. En
invierno, las preferencias del busardo se hacen aún menos estrictas y
aparece incluso en campos de labor sin apenas vegetación natural.
En la variada dieta de esta rapaz se incluyen desde lombrices e insectos
hasta carroñas diversas, además de micromamíferos — su presa básica en
muchas regiones—, aves, reptiles, anfibios y conejos. Son muy acusadas
las variaciones estacionales y locales en la alimentación de esta ave,
que siempre, dado su carácter ecléctico y oportunista, aprovecha
cualquier recurso disponible, lo que sin duda favorece su éxito.
Hace algunos años, esta especie se vio muy afectada por la persecución
directa de cazadores, ya que se la consideraba perjudicial para los
intereses cinegéticos. Actualmente, siguen siendo muchos los ejemplares
abatidos de forma ilegal, y a estos se unen las bajas ocasionadas por
los tendidos eléctricos, los atropellos y los venenos, a los que el ave
resulta sensible dados sus hábitos parcialmente carroñeros. En Canarias
se citan como amenazas la destrucción y modificación del hábitat (talas a
matarrasa, vertido de basuras y escombros en acantilados y barrancos
próximos a urbanizaciones), las molestias humanas (turistas, prácticas
silvícolas, arreglo de pistas forestales durante la incubación), los
incendios forestales, la electrocución y colisión con tendidos
eléctricos, así como la caza ilegal y el expolio de nidos. El busardo
ratonero se incluye en Listado de Especies Silvestres en Régimen de
Protección Especial, mientras que la subespecie canaria aparece en el
Libro Rojo de las aves de España dentro de la categoría “Casi amenazado”.
Fotos tomadas en el Hide La Cañada de Monfragüe (Torrejón El Rubio), gracias a Pilar
y Jesús, pudimos disfrutar de un fin de semana en pleno contacto con la
Naturaleza en sus hides, alojarnos en su casa rural donde con su habitual hospitalidad, amabilidad y buen hacer, nos hicieron sentir como en casa. Un lugar altamente recomendable.