Antonio Hernández Robles

Quiero agradeceros tanto a los seguidores como a los visitantes el que encontréis este Blog, como una forma de disfrutar del trabajo de campo que lleva a cabo este humilde fotógrafo y naturalista, con ello pretendo mostrar la Vida Salvaje y la Naturaleza que nos rodea, para así aprender a conocerla y a quererla, siendo este medio una manera de acercarnos a ella desde el punto de vista del naturalista, fotógrafo y amante del mundo animal.

Espero que disfrutéis y agradezco mucho la visita y los comentarios que algunos dedicáis a este trabajo.

Gracias.

lunes, 18 de enero de 2016

EL AÑO DEL GORRIÓN


   Recién declarado por SEO/BirdLife como ave del año 2016, el gorrión común (passer domesticus), ave sedentaria y siempre ligada a entornos urbanos,  en las últimas décadas ha visto reducidas sus poblaciones de manera preocupante, que en algunas ciudades puede superar el 50%, habiendo desaparecido casi totalmente en ciudades como Londres o Praga.
   Las causas de este declive bajo mi punto de vista, como todo ser tan vinculado al ser humano, que ha necesitado siglos para evolucionar junto a nosotros, todos los cambios en nuestra forma de vida  afectan directa o indirectamente a estos seres que conviven con nosotros.
   Somos capaces de cambiar nuestro entorno, nuestras costumbres o la naturaleza que nos rodea, tan rápidamente que a escala biológica  muchas especies no les da tiempo o son incapaces de adaptarse estando condenados a desaparecer.

   En el caso del gorrión, los edificios de nueva construcción, carentes de oquedades donde ubicar sus nidos, tanto en los modernos muros de cemento,  ladrillo y cristal, como en los tejados donde no se deja ni un pequeño resquicio bajo las modernas tejas.
El desorbitado crecimiento del tráfico en nuestras ciudades, la contaminación producida por este o la industria, el uso de pesticidas y plaguicidas en las zonas periurbanas,  la caza furtiva, la cada vez más concienzuda limpieza de nuestras calles y parques mediante aparatos mecanizados que no dejan ni un desperdicio del que alimentarse, la proliferación de otras especies depredadoras o por competencia directa por la comida como las urracas, palomas o la tórtola turca, serían para mí las principales causas de su declive.


Varios estudios concluyen que la presencia de los gorriones en nuestras ciudades es claramente beneficiosa, pues ayudan a controlar las plagas, dispersan las semillas y son un gran indicador de la calidad ambiental.


Ave oportunista que aprendió a convivir con el ser humano desde hace siglos, habitual en parques y jardines aprovecha nuestras sobras alimentarias para sacar adelante su polluelos y a utilizar los huecos de nuestras casas y edificios para construir sus nidos.


   Mal visto por algunas personas ignorantes que lo consideraban una plaga equiparable a los ratones, ha hecho que en algunos lugares del mundo fuera masacrado.
   Pragmático es el ejemplo de China, en donde el exterminio de gorriones fue una acción política desarrollada durante el gobierno de Mao a partir de 1958, como parte de la campaña de las cuatro plagas (moscas, mosquitos, ratones y gorriones). Según los cálculos, cada gorrión común, enemigo de la revolución, devoraba 4,5 kg de grano al año, por lo que por cada millón de gorriones muertos, se podría alimentar a 60.000 personas, que contribuyeran al proyecto denominado Gran Salto Adelante. Pero el gorrión comía más insectos que grano...., y el daño causado por el aniquilamiento de millones de ellos dio lugar a una terrible plaga de langostas, contribuyendo a la Gran Hambruna China, en la que perecieron 30 millones de personas. Ni que decir tiene que hoy día el gorrión es un ave protegida en China y que se han hecho grandes esfuerzos por recuperar su población, aunque sin éxito. Es la lamentable verdad.


Unas imágenes que hasta no hace mucho eran habituales observar desde nuestras ventanas, las de nuestros gorriones deambular a pequeños saltos o escuchar su canto por los tejados cercanos.


   Los jóvenes presentan un plumaje muy parecido a las hembras.


   Mamá gorriona alimentando a su pequeñín.


   Quizá por la cercanía a nosotros, nunca le hemos prestado la atención que se merece, siendo un ave (sobre todo los machos) realmente bonita.

   Esperemos que esta declaración como ave del año 2016, sirva para concienciarnos de la importancia de conservar esta especie de nuestro entorno más cercano.