Las dos siguientes entradas están dedicadas la la cabra montés (capra pyrenaica hispanica), subespecie que se encuentra en casi todo el territorio peninsular y que a diferencia de la (capra pyrenaica victoriae), no alcanza un tamaño de las cuernas tan impresionante. Aún así los machos adultos, poseen un porte espectacular, objeto del deseo de cualquier fotógrafo y desgraciadamente también de muchos cazadores.
Este tipo de fotografía me resulta apasionante, ya que se requiere una buena forma física, para acceder a los lugares donde se encuentran, normalmente terrenos muy escarpados y grandes dosis de paciencia para conseguir acercamientos decentes, sobre todo en lugares donde se les da caza. A nuestro favor, esa curiosidad innata que poseen, que les hace dedicarte una miradita antes de dejarte atrás montaña arriba y que con un poco de habilidad, podremos aprovechar para obtener algunas tomas.
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Cámara Sony A580, objetivo Sony 70-400 a 400mm. Exposición: 1/500 en F/5.6, ISO: 200, a pulso |
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Algunos jóvenes machos, hacen sus pinitos en lo que luego serán los espectaculares combates por hacerse con el mayor número de hembras. |
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Apareciendo de repente tras la espesa niebla |
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Cámara Sony A580, objetivo Sony 70-400 a 300mm. Exposición: 1/300 en F/5.6, ISO: 400, a pulso |
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Descansando mientras rumian el alimento previamente ingerido |
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Cámara Sony A77, objetivo Sony 70-400 a 400mm. Exposición: 1/320 en F/5.6, ISO: 400, a pulso |
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Cámara Sony A77, objetivo Sony 70-400 a 400mm. Exposición: 1/320 en F/5.6, ISO: 400, a pulso |
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Durante la época de celo, desde mediados de noviembre hasta finales de enero, este macho trata de seducir a una hembra con la postura típica de la especie |
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Tienen tanta agilidad que son capaces incluso de trepar a pequeños árboles para alcanzar las hojas más tiernas. |
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Cámara Sony A77, objetivo Sony 70-400 a 400mm. Exposición: 1/250 en F/5.6, ISO: 400, a pulso |
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Suelen encaramarse a grandes rocas desde donde pueden vigilar mejor su territorio |